Ecuador está saturado de ideologÃas que satanizan el dinero y lo vinculan con explotación, codicia, inequidad, el pecado y hasta con el infierno, por lo que emprender en este paÃs exige superar estos credos, buscar el dinero para apalancar la idea que se convertirá en un emprendimiento de cuya rentabilidad: viviremos, en caso sea exitoso.
Si un ser humano no tiene dinero para comprar tres comidas, usará todos los medios legales o ilegales para llevar alimento a su estómago y al de su familia, aunque es claro que en Ecuador, a diferencia de en Ãfrica, aquà la gente de hambre no muere. Hay una mortandad diaria por balazos, enfermedades, récord de fallecidos por accidentes, pero por hambre no.
Cuando crecemos y no tenemos quien nos mantenga, buscamos una fuente de dinero y la más simple es un empleo, aunque la más escasa, a menos que se tenga palancas en el sector público, que es fuente de riqueza de muchas familias y partidos polÃticos. La otra es emprender por la vÃa legal, pero el sistema bancario ecuatoriano es excluyente, sus intereses son de usura y es un sistema cerrado sin competencia internacional, además que tecnológicamente vive una década atrás y su aporte al desarrollo del paÃs es cuestionable.
Negado el crédito bancario, toca buscar fuentes de dinero sucio o dinero manchado de sangre, algo muy atractivo en un paÃs con un 90% de impunidad en el castigo de todo tipo de delito. El narco lavado ya es parte del ADN del Ecuador y cada vez se construyen más supermercados y hoteles de lujo.
Las puertas al infierno de la delincuencia para nuestros jóvenes, la abren los banqueros y no todos los que llegan a empresarios usan la vÃa legal y en vez de 100 empleados trabajando en una fábrica, igual se mantiene a 100 muchachos delinquiendo, con niveles de supervisión, evaluación, incentivos y ascensos, como en cualquier organización.
Que asalten camiones con toneladas de cacao o de camarón, requiere costosas instalaciones y personal calificado. Estos empresarios ingresan al sistema bancario el dinero sucio, que será prestado con un alto nivel de discriminación, por ello nuestro paÃs es cada vez más desigual, porque junto a quienes no tienen para vivir, se construyen mansiones, edificios y centros comerciales gigantes abarrotados de productos importados, desigualdad aprovechada por los partidos polÃticos que adoctrinan el odio al dinero y con ese discurso ganan las elecciones.