El 2024 ha sido un año lleno de emociones y logros para el deporte ecuatoriano. Desde una histórica participación en los Juegos OlÃmpicos hasta importantes victorias en el ciclismo, el fútbol y otros deportes, Ecuador ha demostrado que tiene un enorme potencial en diversas disciplinas.
Sin embargo, más allá de los éxitos, este año también nos deja importantes lecciones sobre el apoyo a nuestros deportistas y la necesidad de una mentalidad más firme y constante.
A nivel olÃmpico, Ecuador vivió su participación más exitosa en la historia de los Juegos OlÃmpicos, con cinco medallas en disciplinas que van desde la marcha hasta el levantamiento de pesas y la lucha.
Daniel Pintado, con su oro en los 20 km marcha, y LucÃa Yépez, con una medalla de plata en lucha, se destacaron como figuras de renombre mundial, mientras que las hermanas Neisi Dajomes y Angie Palacios reafirmaron su estatus como referentes en el levantamiento de pesas.
Además, la participación de Ecuador en los Juegos ParalÃmpicos de ParÃs también dejó huella con medallas ganadas por Poleth Mendes, Kiara RodrÃguez y Estefany López, quienes nos llenaron de orgullo.
Sin embargo, lo que realmente resalta en este 2024 es el esfuerzo, la dedicación y el sacrificio de todos los atletas, incluso aquellos que no lograron subir al podio.
Deportistas como David Hurtado, quien terminó en la destacada posición 15 en los 20 km marcha, nos enseñan que la lucha por superarse nunca termina, y que los logros no siempre se miden en medallas, sino en el progreso y las nuevas metas que se trazan.
Después de ParÃs 2024, Hurtado, junto con Glenda Morejón, tomaron la decisión de cambiar de entrenador y ahora se ejercitan con la guÃa del laureado técnico español José Antonio Carrillo.
El ciclismo ecuatoriano también ha tenido un año sobresaliente, con Richard Carapaz y Jhonatan Narváez brillando en el UCI World Tour.
A pesar de la controversia sobre la designación del cupo olÃmpico, que dejó a Carapaz fuera de ParÃs 2024, âRichieâ demostró su clase al ser el rey de la montaña en el Tour de Francia. Además, la inclusión de Jefferson Cepeda en el Movistar Team para 2025 es otro ejemplo del creciente talento ecuatoriano en el ciclismo.
Por otro lado, el fútbol también nos dejó grandes momentos. La Selección Sub-17 de fútbol femenino alcanzó los cuartos de final del Mundial de República Dominicana, y las Dragonas IDV llegaron a las semifinales de la Copa Libertadores Femenina.
Sin embargo, no todo fue positivo. La polémica alrededor de la fallida ejecución de penal de Enner Valencia en la Copa América 2024 es un ejemplo de cómo el triunfalismo y el pesimismo a menudo afectan la relación de los aficionados con sus jugadores. En estos momentos, es esencial recordar que el apoyo a nuestros deportistas debe ser incondicional, incluso cuando enfrentan dificultades.
La clasificación de Ecuador al Mundial de Fútbol 2026 sigue siendo una meta cercana y crucial. Sin embargo, más allá de los resultados, lo que realmente importa es la lección que debemos aprender: el deporte debe ser visto como un esfuerzo colectivo, donde el respaldo a nuestros atletas no depende del resultado final, sino del respeto, la constancia y el compromiso hacia su labor.
Este 2024 nos ha dejado claro que el deporte ecuatoriano tiene un futuro brillante. Pero también nos ha enseñado que, como paÃs, debemos aprender a ser más pacientes, más empáticos y menos crÃticos en los momentos de adversidad.
Los retos para el 2025 ya están en el horizonte, y la forma en que apoyemos a nuestros deportistas será clave para seguir alcanzando nuevas metas y, sobre todo, para inspirar a las futuras generaciones de ecuatorianos.