Además de los cuadros pintados por Daniela, llamó la atención una lámpara de rata y distintas colecciones, como la de copas.
“Éstas las compro en distintas partes. En viajes y también en tiendas de antigüedades”, detalló.
Uno de sus lugares más íntimos de su hogar, es su “espacio artístico”, donde guarda las obras de otros artistas, además de las de ella misma.
En ese mismo rincón de su casa, Dani Castro tiene un altar con las ánforas de sus mascotas fallecidas. Se trata de Guapito y Rey, dos de sus perritos.
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