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En un salón de sesiones invadido por el caos, el Senado de la República avaló la iniciativa impulsada por Morena que impide que las reformas a la Constitución sean impugnadas por cualquier vía, la llamada ‘Supremacía constitucional’.
Con pancartas y megáfonos, senadores de oposición realizaron una protesta al interior del salón de sesiones para tratar de frenar el avance de la reforma que establece que serán improcedentes el juicio de amparo, las controversias constitucionales y las acciones de inconstitucionalidad contra los cambios o adiciones a la Carta Magna.
El preludio de lo que ocurriría lo marcó la senadora por el PAN, Lilly Téllez, quien arrancó el debate lanzando un llamado de alerta a los mexicanos, ya que, advirtió, se pretende llevar al país a una dictadura.
Más tarde, el grito de “No a la dictadura” y “Morena la dictadura” retumbó por más de una hora en el salón de sesiones a través de megáfonos que llevaron senadores de oposición.
El ruido en el pleno provocó incluso que varios morenistas declinaran su participación, dejando a un lado la discusión de la reforma.
Ya con el debate diluido, la coordinadora del PAN, Guadalupe Murguía, aseguró que lo peor no era el ruido provocado por la protesta, sino la poca disposición de Morena para escuchar a la oposición y construir acuerdos.
Al final, la protesta de la oposición terminó reduciendo el tiempo previsto para el debate, por lo que Morena y sus aliados sacaron adelante la reforma pasada la medianoche, nuevamente con el apoyo del todavía panista Miguel Ángel Yunes, quien afirmó que su voto en apoyo a los proyectos de la 4T es a conciencia.
El dictamen, aprobado con 85 favor y 41 en contra se remitió a la Cámara de Diputados, ante la burla del presidente de la Mesa Directiva, Gerardo Fernández Noroña, quien agradeció a la oposición por haber provocado que el tiempo de debate se redujera de manera drástica.