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La Comisión de Puntos Constitucionales de la Cámara de Diputados, discute el dictamen de la reforma en materia de maíz transgénico, propuesta por la Presidenta de la República.
Previo al encuentro donde se avalarán los cambios a los artículos 4 y 27 de la Constitución, en materia de conservación y protección de los maíces nativos, la Junta de Coordinación Política determinó que el proyecto se debatirá en el Pleno del recinto, en la sesión de este martes 25 de febrero.
A favor de prohibir maíz transgénico, con reservas
En la discusión, legisladores de todas las fracciones se pronunciaron a favor de la parte central de la reforma, que es prohibir la siembra de maíz transgénico en México.
No obstante, la oposición del PAN, PRI y Movimiento Ciudadano (MC) expresaron algunas reservas y críticas.
Las integrantes de MC, Claudia Ruiz Massieu e Iraís Reyes, lamentaron que los cambios constitucionales sean confusos y se presten a interpretaciones.
En ello coincidieron la diputada del PRI, Nadia Navarro y sus compañeros de fracción Alejandro Domínguez y Leticia Barrera.
“Si lo que queremos prohibir es la siembra y cultivo de maíces transgénicos, por qué no lo decimos con toda claridad en la iniciativa, por qué incorporamos un lenguaje que es ambiguo y que es muchísimo más amplio y extenso que el objetivo en el que todos coincidimos, la prohibición inequívoca de sembrar y cultivar maíces transgénicos”, dijo la diputada Ruiz Massieu Salinas.
Alertó que la ambigüedad de la norma puede abrir la puerta a interpretaciones y prohibiciones a otras técnicas de producción de alimentos.
Por el PAN, el diputado Agustín Rodríguez, la diputada Annia Gómez y la vicecoordinadora Noemí Luna, advirtieron que la propuesta presidencial no toma en cuenta que el campo mexicano tiene diversas conformaciones y realidades y que los grandes productores no son iguales a los pequeños.
Lamentaron que el proyecto se sustente en consideraciones y motivos ideológicos, más que técnicos.
Advirtieron que las disposiciones podrían afectar la aplicación del T-MEC, las metas de soberanía alimentaria, la productividad del campo, a los productores de maíz, así como el abasto del grano para el consumo nacional, así como para otros usos, como el alimento del ganado.
Oposición defiende intereses comerciales
En defensa del proyecto, diputados de Morena y Partido del Trabajo (PT), descalificaron a la oposición señalando que critican la reforma porque defienden intereses comerciales.
Afirmaron que las disposiciones no provocarán insuficiencia alimentaria y en las mesas de los hogares mexicanos, no faltarán “tortillas para los tacos”.
“En México se producen 27 millones de toneladas al año de maíz blanco y consumimos 25 millones de toneladas, ojo, no hay que confundir lo que es el maíz blanco con el maíz amarillo, entonces no, nos vamos a quedar sin tortillas para los tacos, si va a haber suficiente y al contrario, lo que queremos es aumentar la producción”, dijo el morenista Mario Miguel Carrillo.
Prohibición de transgénicos
El proyecto de la Presidenta y que ella misma propuso modificar después de haberlo enviado a los diputados, plantea establecer en el artículo 4 de la Carta Magna, que «México es el centro de origen y diversidad del maíz”.
Indica que ese cultivo es elemento de identidad nacional, alimento básico del pueblo y base de la existencia de pueblos indígenas y afromexicanos.
“Su cultivo en el territorio nacional debe ser libre de modificaciones genéticas producidas con técnicas que superen las barreras naturales de la reproducción o la recombinación, como las transgénicas”, dice el texto final.
Uso de maíz transgénico, sujeto a evaluación
Añade que “todo otro uso del maíz genéticamente modificado debe ser evaluado en los términos de las disposiciones legales para quedar libre de amenazas para la bioseguridad, la salud y el patrimonio biocultural de México y su población”.
Añade que se deberá dar prioridad a la protección de la biodiversidad, la soberanía alimentaria, el manejo agroecológico, promoviendo la investigación “científica-humanística” y la innovación y conocimientos tradicionales.
En el artículo 27, fracción XX, los ajustes propuestos por la mandataria federal señalan que el Estado “fomentará la actividad agropecuaria y forestal, cultivos tradicionales con semillas nativas, en especial el sistema milpa, para el óptimo uso de la tierra libre de cultivos de maíz genéticamente modificado, en los términos definidos en el artículo 4”.
Promoción de la investigación científica
Agrega que el «Estado promoverá la investigación, innovación, conservación de la agrobiodiversidad y asistencia técnica, fortaleciendo las instituciones públicas nacionales”.
En artículos transitorios, señala que en cuanto el decreto esté en vigor, se derogarán las disposiciones que se opongan a su contenido y que estén establecidas en leyes secundarias, reglamentos, acuerdos y cualquier otro ordenamiento administrativo.
Establece que el Legislativo tendrá 180 días para armonizar las leyes secundarias.
Añade que para fines de interpretación, se entenderá por “maíz transgénico” el que sea modificado o alterado genéticamente, mediante la introducción artificial de una o más secuencias de ácido desoxirribonucleico y/o ácido ribonucleico provenientes de otro organismo de otra especie utilizando tecnología recombinante.
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