“Ser mujer no debería ser un obstáculo para recibir atención médica… unámonos para erradicar la brecha de género en salud”, exhorta Médicos Sin Fronteras en vísperas del Día Internacional de la Mujer.
De cara al 8 de marzo, expertos subrayan que más de 40 síntomas físicos y psicológicos afectan a un amplio porcentaje de las 20 millones de mexicanas de entre 45 y 55 años que enfrentan el climaterio y la menopausia. Entre los síntomas más comunes se encuentran: bochornos, escalofríos, sudores nocturnos, problemas de sueño, cambios en el estado de ánimo, aumento de peso, metabolismo lento, debilitamiento del cabello, piel seca, aparición de arrugas y disminución del deseo sexual.
Cuando estos síntomas no se tratan oportunamente, pueden derivar en complicaciones graves como insomnio, cansancio crónico, problemas de memoria, baja autoestima, depresión, hipertensión, diabetes mellitus, dislipidemia, infarto agudo de miocardio, osteoporosis, incontinencia urinaria e incluso depresión refractaria. La Secretaría de Salud estima que alrededor de seis millones de mujeres en México experimentan alteraciones significativas en su calidad de vida debido a la menopausia.
Sin embargo, actualmente no existen políticas públicas integrales para abordar de manera adecuada las necesidades de esta población. La Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoce que la menopausia representa un desafío de salud pública en la mayoría de los países y enfatiza que “es un tema que queda silenciado en las familias, las comunidades, los lugares de trabajo y los centros de salud”.
En 2023, la Comisión de Salud del Senado de la República emitió un dictamen en materia de climaterio y menopausia. El documento reconoce los conflictos laborales que enfrentan las mujeres en esta etapa y destaca la falta de políticas públicas para abordar el problema. Según el dictamen, 8 de cada 10 mujeres en edad de menopausia evitan hablar del tema en sus centros laborales por vergüenza. Además, el 47% de las mujeres que se ausentaron del trabajo debido a síntomas del climaterio no informaron a sus empleadores sobre la causa real, y más del 60% reportaron haber presenciado bromas o burlas relacionadas con la menopausia en sus lugares de trabajo.
Déficit de hierro: un problema subestimado
En el marco del Día Internacional de la Mujer, se dio a conocer una encuesta sobre el déficit de hierro realizada por eMedical360 y Fraktal Research, que incluyó a cerca de 2 mil mujeres de entre 18 y 48 años en Colombia, México, Chile y Argentina. El estudio reveló que 8 de cada 10 mujeres desconocen los síntomas y consecuencias del déficit de hierro.
El 70% de las encuestadas identifica la fatiga y el cansancio extremo como los principales síntomas, mientras que el 50% asocia esta condición con debilidad, mareos, palidez, caída del cabello y dolor de cabeza. Sin embargo, menos del 30% reconoce otras manifestaciones, como dificultad para concentrarse, intolerancia al frío, falta de aliento, úlceras bucales, disminución del deseo sexual o hábitos inusuales como masticar hielo.
El ginecoobstetra Fernando Sánchez Aguirre subrayó que “el hierro es un mineral esencial para el cuerpo humano, fundamental para la producción de hemoglobina, una proteína en los glóbulos rojos que transporta oxígeno y nutrientes a las células del cuerpo. Cuando las reservas de hierro son insuficientes, se limita la producción de energía, la capacidad de concentración y el rendimiento mental, además de afectar al sistema inmunológico. Muchas mujeres desconocen que sus síntomas tienen origen en una deficiencia de hierro”.
El especialista también destacó que el hierro es crucial durante el embarazo y los primeros dos años de vida del niño, un período en el que el cerebro crece rápidamente y se forman conexiones esenciales para el aprendizaje y la memoria. “El déficit de hierro durante el embarazo puede provocar complicaciones graves como parto prematuro, bajo peso al nacer e incluso daños permanentes en el desarrollo cerebral y cognitivo de los niños”, concluyó.
Estas cifras y testimonios subrayan la urgente necesidad de implementar políticas públicas y campañas de concienciación para abordar las necesidades de salud específicas de las mujeres a lo largo de sus diferentes etapas de vida.