En mayo, mientras el mundo se da cita en la Expo Osaka 2025, un ilusionista chileno buscará dejar algo más que asombro en los visitantes japoneses. Jean Paul Olhaberry, conocido como el “Mago del Fin del Mundo”, ha sido convocado a representar a Chile en el Chile Fest.
Se trata de una de las actividades clave del Día Nacional, con una propuesta que no se limita a la técnica ni al virtuosismo visual. “Mi intención es invitar a los asistentes a vivir un encuentro emocional, donde la magia sea un puente entre nuestras culturas”, afirma.
El lenguaje que Olhaberry ha cultivado durante años trasciende el ilusionismo tradicional. Su obra se inscribe en la magia como experiencia poética, una que bebe de fuentes tan diversas como la psicomagia, el teatro ritual, la pantomima y la investigación de tradiciones ancestrales. Desde ese cruce, su participación en Japón se presenta no sólo como una muestra artística, sino como un gesto diplomático: “Japón es un país que valora profundamente la tradición, el arte y la espiritualidad. Espero que se genere una conexión auténtica”.
Jean Paul Olhaberry representará a Chile en el extranjero
El show del mago en la Expo no busca representar a Chile con símbolos planos ni recursos previsibles. Por el contrario, es un recorrido sensible por la geografía emocional del país: volcanes, costas, mitos, bosques, memorias invisibles. “Mi espectáculo es un reflejo de Chile. Quiero que quienes lo vean se lleven no sólo una impresión de asombro, sino la sensación de haber viajado emocionalmente a un país lleno de vida, de magia y de raíces profundas”.
Para Olhaberry, esta cita internacional representa un hito en su carrera: “No solo como ilusionista, sino como investigador de la magia, siento la responsabilidad de mostrar que Chile no es solo un país de paisajes extraordinarios, sino también de tradiciones mágicas profundas”.
Frente a un público tan diverso como el de la Expo Universal, el mensaje que quiere dejar es claro: “Chile es una tierra donde la magia está viva. Invito a quienes nos visiten a abrir sus sentidos y su corazón. El verdadero asombro nace de aquello que conecta con nuestra esencia. Y Chile, en toda su diversidad, es una invitación a reencontrarse con esa magia interior”.