El sacerdote Omar Sotelo, del Centro Católico Multimedia, alerta que “el asesinato del padre Marcelo Pérez nos recuerda una larga lista de decenas de sacerdotes que han sido asesinados por ejercer el servicio sacerdotal”.
“El padre Marcelo es el primer sacerdote de esta nueva administración (…) en los últimos seis años ha habido una estela de muerte y de desolación, y ha dejado ver la incompetencia de muchísimas autoridades que pues no han podido hacer nada frente a esta situación que nos golpea, no nada más a los sacerdotes, ¡a todos!, hombres, mujeres, indígenas, trabajadores, niños”, añadió en entrevista.
“Hay 10 sacerdotes que fueron asesinados en el periodo de Andrés Manuel López Obrador, pero también lamentablemente hubo otros 10 sacerdotes que fueron hostigados, golpeados, incluso algunos de ellos, fueron fueron heridos; uno de ellos en Puebla, al padre Roy, se le dejó tirado como muerto, le dieron cinco balazos. El padre está vivo de milagro. Tenemos dos desaparecidos también desde hace 10 años, el padre Carlos Hornelas, de Ciudad Victoria, y el padre Santiago de Zamora, Michoacán”, remarcó el padre Sotelo.
“Siete obispos en la pasada administración fueron hostigados, algunos de ellos golpeados, asaltados, incluso el cardenal Robles en Guadalajara, detenido en retenes por bandas del crimen organizado. El obispo Faustino Hernández de Durango también tuvo un atentado en plena misa, una persona llegó y casi lo apuñala. Son situaciones que están dejando ver algo que que es muy claro: que va a correr más sangre, porque nos encontramos con autoridades que no han podido frenar una situación tan lamentable”, remarcó Sotelo.
“Desde hace más de 15 años, México es el primer país en donde ejercer el ministerio sacerdotal es un peligro, cuando asesinaron a los padres Javier Campos y Joaquin Mora (el 20 de junio de 2022 en Cerocahui, Chihuahua) en la Tarahumara, se hizo todo un operativo y pues hoy esto sigue marcando la ruta”, remarcó Sotelo.
“26 templos a la semana son atacados, son profanados, son asaltados, son violentados, es una cifra altísima. Sigue habiendo más ochocientas extorsiones y amenazas de muerte a sacerdotes en sus diferentes parroquias, pedida del derecho de piso. Ojalá que que la muerte del padre Marcelo pues sea la última, pero la realidad nos está diciendo otra cosa. Espero equivocarme, quiero equivocarme”, apuntó el padre Sotelo.
“Este brutal asesinato con el padre Marcelo, pues es un reflejo de una cadena interminable de violencia; el padre Marcelo era una persona que durante mucho tiempo estaba siendo hostigada, perseguida y que hoy, con su muerte, se deja ver la incompetencia de autoridades para dar seguridad en el pueblo de Chiapas, un pueblo golpeado por la pobreza, la discriminación, el paramilitarismo, la falta de gobernabilidad”, añadió.
El homicidio del padre Marcelo Pérez “es el asesinato de un sacerdote que procuraba dignidad a sus hermanos, que procuraba darles un servicio pastoral, un servicio espiritual; nosotros tenemos la confianza de que la sangre de los mártires, es semilla de nuevos cristianos y esperamos también de la justicia, porque no puede haber paz en Chiapas y en México si no hay justicia”, finalizó el padre Omar Sotelo.